Patrimonio Arquitectura y Ciudad - page 21

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EVOLUCION DE LOS DISTRITOS DE ALTA DENSIDAD EN CABA
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PATRIMONIO, ARQUITECTURA Y CIUDAD
llamados comúnmente “
pulmón de manzana
”. Este tipo de tejido en las zonas centrales se mantiene aún,
a pesar de los cambios en las regulaciones.
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El plan como construcción intelectual
Como concepción intelectual, la utilización de la palabra plan asociada a la ciudad, coincide con un mo-
mento clave, “
el fin del siglo XVIII cuando el iluminismo construye a la ciudad como un objeto de estudio y
acción. La forma y la distribución de la ciudad racional tiene su correlato con el diseño del plan.
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El plan entonces sería también un instrumento técnico de conocimiento pero también de anticipación, y
este concepto fue transformándose durante el siglo XIX incorporando nuevas dimensiones.
Si desde una acepción restrictiva el plan sería el resultado de tareas profesionales de urbanistas o ar-
quitectos, desde el lenguaje común, y probablemente desde la realidad autóctona, se le pueda otorgar
a la palabra plan significados aún más complejos: “
como modelo sistemático de una actuación pública o
privada, que se elabora anticipadamente para dirigirla o encauzarla
”… o simplemente como la de un plan
escrito, “
en que sumariamente se precisan los detalles para realizar una obra
”.
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Pero podemos ensayar otra acepción referida a lo artístico, a lo arquitectónico, en donde el plan sería
el conjunto de lineamientos que forman un primer diseño, que circunscriben su extensión, que marcan el
principio, el medio y el fin, que ordenan las partes principales, las relaciones y el encarrilamiento
”.
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En este caso el plan sería el principal instrumento que puede asegurar el conjunto de una composición
en el espacio y en el tiempo.
En la idea moderna el plan estaría asociado con proyecto, plano y programa, como acciones “
similares y
convergentes de síntesis y previsión, con las cuales se manifiesta la presunción de control sobre las inter-
pretaciones humanas, y en definitiva, la afirmación de la voluntad consciente y del rigor racional sobre la
oscuridad casual de la existencia y del devenir.
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Esta tensión entre plan como proyecto a futuro de organización de la ciudad, o proyecto de planea-
miento organizado de crecimiento, casi siempre construcción intelectual, algunas pocas veces se tra-
dujo en la administración de la ciudad con regulaciones sencillas y perdurables en el tiempo adapta-
das tanto a las preferencias sociales o a los intereses de esos sectores sociales, como a los momentos
de crecimiento económico.
El momento, que va desde 1880 a 1930, en donde la ciudad alcanza 2.287.000 habitantes, es quizás uno
de los pocos en la historia construida de la ciudad en donde el plan, las obras, y regulaciones constructi-
vas nos parecen que organizan un entorno construido ordenado y parejo.
Podemos asociar el plan urbano y las normas a las ideas, pero también relacionarlas al modelo arquitec-
tónico que tuvo el crecimiento expansivo de determinados sectores urbanos de alta densidad. La casa
de renta o vivienda en altura, fue un modelo redituable económicamente y eficaz, dado que permitía
un gran aprovechamiento del terreno, se resolvía la vivienda con economía de medios, tenía una imagen
arquitectónica que representó culturalmente a la sociedad en sentido amplio, siendo compatible con las
preferencias sociales.
Aún hoy los tejidos parejos y ordenados que se produjeron en esa etapa nos remiten a una sensación
de tranquilidad, nos recuerdan que europeos supimos ser. Se puede decir también que hoy, a pesar del
tiempo transcurrido y los entornos urbanos deteriorados, el consolidado que se produjo nos trasciende
como imagen estética y cultural.
Es que luego de su fundación, la primera manera natural de la expansión de la ciudad es su extensión
sobre las áreas rurales circundantes. La segunda etapa de crecimiento es la densificación del casco urba-
no existente.
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Numerosas construcciones de calidad de la ciudad han
sido realizadas con éste código cuya vigencia coincidió
con la época de esplendor. Posteriormente estas propor-
ciones edificatorias fueron cambiadas por el pensamiento
de la modernidad y por las teorías que influyeron para
limitar el crecimiento poblacional indiscriminado y de esa
manera evitar la especulación inmobiliaria. Por otro lado,
el modelo de Código que reglamentaba las construc-
ciones por altura y normas de tejido, hace que muchos
arquitectos y urbanistas añoren la calidad morfológica
que produjo la vigencia de éste tipo de reglamentaciones.
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Alicia Novick, Diccionario de Arquitectura en la Argentina,
Jorge Francisco Liernur, Fernando Aliata.
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Diccionario de la lengua de la Real Academia Española
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Larrouse l879.
10
Paolo Portoghesi, 1969.
3.2
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