Previous Page  20 / 68 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 20 / 68 Next Page
Page Background

NOTAS CPAU 17

18

ARQUITECTOS SOCIALES

21

Entre 2000 y 2003, mientras cursaba el secundario, participé como

voluntaria en un comedor donde se dictaban clases de apoyo para

chicos entre 3 y 15 años, en la villa 21, Barracas. Así fue mi primer

acercamiento al tema de los asentamientos informales.

Lo primero que noté, a través del entusiasmo de los chicos, sus

ganas de educarse e integrarse, por medio de tareas y juegos

recreativos. Fue una experiencia “novedosa” para mí: cada día al

llegar a la villa, caminábamos tres cuadras desde la avenida hasta

el comedor comunitario, atravesando “peajes” exigidos por alguna

banda en la esquina. Y allí nos obligaban a mostrar nuestra denta-

dura, para así determinar nuestra condición social.

Fue así como, conviviendo 5 horas semanales, percibí las privacio-

nes primarias: el desagüe de la pileta que derivaba directamente

en la calle y a cielo abierto, las precarias conexiones eléctricas

clandestinas, las aún más precarias condiciones de saneamien-

to e higiene básicas. Y también observé por primera vez la casi

inexistencia del espacio público (pasillos angostos, abigarramien-

to) y la consolidación del único espacio urbano, reservado para la

‘canchita de fútbol’.

La falta de todo orden, trazado, infraestructura, pavimentos, vere-

das, alumbrado, equipamiento, etc. Se suma a la precariedad de

las construcciones haciendo la vida en esas condiciones difícil, casi

insostenible. Con esta historia llegué a la Arquitectura.

A mediados de la carrera en la UBA, logré una beca para estudiar

en la universidad federal de Rio de Janeiro (UFRJ). Allí cursé mate-

rias como Arq. Sustentable y Proyecto en Reurbanización de Fave-

las, analizando a fondo la problemática urbanística, socioeconómi-

ca, y todas las características de la mismas, por medio de trabajos

de investigación dentro del Complexo do Alemão, en la favela de

Maré. Recorriendo y reconociendo el lugar, relevamos los accesos,

sus calles, sus comercios, los diferentes aspectos constructivos de

las viviendas, cómo se constituían los grupos familiares (muchos

de ellos con más de tres personas por ambiente) y en muchos

casos generando un pequeño comercio al frente de sus casas.

Estudiamos las relaciones entre los distintos grupos, sus fronteras

dentro de la favela, descubriendo así los puntos críticos y peligro-

sos. En el caso de este asentamiento me sorprendió cómo trabajan

con la basura: tenían una planta precaria para su tratamiento.

La educación está resuelta con grupos de aulas para distintas

edades, dispersas por el lugar. Cuentan con un centro deportivo

(gimnasio, piscina, cancha multipropósito), junto con una plaza.

Los habitantes usan las veredas como lugares de reunión

(todo

pasa en la calle, ayudado por la benignidad del clima), dando lugar

de esta manera a la aparición de mercados informales, a través de

las ventanas, veredas y calles tomadas para la venta de productos

(electrodomésticos, ropa, comida, etc.), y así pude percibir que tie-

nen una importante organización particular propia. Durante mi es-

tadía en Rio, tuve la oportunidad de trabajar en el estudio del Arq.

Jorge Jauregui donde pude abordar con profundidad estos temas.

En trabajos de campo, recorriendo y relevando Cidade de Deus,

Manguinhos, entrevistando a sus habitantes, escuchando sus de-

mandas y entendiendo su organización y funcionamiento. Hoy en

día participo en una Fundación Holandesa llamada “PlaySpace” la

cual se dedica a la creación de nuevos espacios públicos destinados

a lugares de juegos para niños, urbanizando la zona, calles, veredas,

alumbrado, tratando de atender los pedidos de la población local;

creándose de esta manera nuevos espacios de reunión e integra-

ción entre vecinos, buscando actuar en los puntos más críticos y

peligrosos, transformándolos en espacios de recreación y ocio para

los habitantes,

ej.

Villa Tranquila, Avellaneda.

La problemática de estas ciudades informales me interesa desde

hace mucho. Cuesta comprender que un tercio de la población

mundial vive en condiciones de total precariedad. Y en nuestro

país, el rol de las políticas públicas y la acción del estado en la pro-

moción de inversiones pública y privadas son escasas e insuficien-

tes: los esfuerzos se abandonan al no proponer una planificación

urbana racionalista y normativa. Aun con más de 60 años de per-

manencia en el mismo sitio, estos futuros barrios siguen siendo

espacios en blanco en los mapas catastrales, donde la ciudad les

da la espalda y la trama y el urbanismo también. El incremento de

la pobreza urbana en áreas intersticiales de la ciudad es evidente.

Así como se dice que: “la economía es demasiado importante para

dejarla solamente en manos de los economistas”, en este caso

creo que el tema no debe quedar solamente a cargo de los urba-

nistas. Es necesaria una política conjunta donde interactúen los

arquitectos/urbanistas, junto con las políticas de estado tendien-

tes a legislar y proveer los medios, atendiendo especialmente las

opiniones y necesidades de sus habitantes.

Aun conmás de 60 años de per-

manencia en el mismo sitio, estos

barrios siguen siendo espacios en

blanco en los mapas catastrales,

donde la ciudad les da la espalda y

la trama y el urbanismo también.

Arq. Andrea Krymer