

MARZO 2012
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BRIL 3
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Albert Pope en “From Form to Space
”
, ensayo en
Fast Forward Urbanism
, editado por Dana Cuff y Roger Sherman, Princeton
Architectural Press, Nueva York, 2011.
5
Margaret Crawford en “Introduction”,
Everyday Urbanism
por John Leighton Chase, Margaret Crawford y John Kalinski, The Monacelli
Press, Nueva York, 2008.
Trabajar en asentamientos informales exige considerar una
forma distinta de percibir y entender la ciudad, aprovechar e
incorporar áreas olvidadas, intersticios que parecen no tener
función pero que al sumarse pueden conformar una nueva
zona de uso que le da sentido al barrio: su espacio público. Y el
tema del espacio público no es menor en estos lugares. Para
sus habitantes, que se sienten olvidados por las instituciones y
el gobierno, y desplazados de las oportunidades de la ciudad, el
espacio público se convierte en catalizador de la inclusión cívica
y en incentivo de la interrelación social entre niños y adultos,
vecinos, gente interna y externa de los asentamientos, que pue-
de ayudar a resolver algunos de los problemas que sufren estas
comunidades. Podríamos decir que el objetivo fundamental de
nuestro trabajo aquí es
generar la conciencia del
derecho al es-
pacio público
, que en esencia es el derecho a la ciudad misma
. El
modelo ejemplificado a través del proyecto para Villa Tranquila
propone un formato de intervención que puede darle impulso a
estas comunidades para ir tomando su lugar en la conformación
de la metrópolis contemporánea.
En síntesis, para los profesionales del diseño se ha tornado funda-
mental trabajar con la informalidad urbana. No sólo para revertir
algunos de los procesos de degradación y las carencias que la
afectan sino también para aprender de las tácticas urbanas
practicadas por sus habitantes que están transformando la forma
de crecimiento de las grandes ciudades del mundo, y comenzar a
descifrar la modalidad de producción urbana donde el dominio de
la forma es reemplazado por el dominio del espacio.
ción comunitaria y la inclusión del barrio en el proceso de diseño
de espacios lúdicos públicos reafirma el lugar de los niños en la
vida de la comunidad y tiene el potencial de darle a esta última
un rol dentro de la vida de la ciudad.
Un aspecto fundamental para el éxito relativo de esta forma
de confrontar la problemática de los asentamientos informa-
les a través del “juego” y el espacio público es el planteo de un
proceso estratégico que delinee una metodología de trabajo. La
idea se relaciona con la posibilidad de aplicar esta metodología
en distintos asentamientos y con la necesidad de posturas que
encaren la expansión masiva del fenómeno de la ciudad infor-
mal a escala local y global. Aquí me interesa puntualizar las dos
fases principales de la metodología de trabajo utilizada en una
propuesta de inserción de espacio público para Villa Tranquila,
en Avellaneda: el trabajo académico y la interacción con los
vecinos del asentamiento. El trabajo académico es importante
pues le otorga al tema la difusión y la dimensión que merece. La
urgencia de la problemática implica que no puede ser aislada de
otras inquietudes de la ciudad contemporánea, transformándo-
se en un llamado a la acción para los profesionales del diseño, y
en temática central para cursos y talleres en instituciones aca-
démicas:
hoy en día todos sus egresados deberían tener por lo
menos un conocimiento básico de la problemática y sus efectos
.
Esto serviría para generar más proyectos de investigación que
aborden el tema y así crear una conciencia que se vaya arraigan-
do cada vez más en nuestras profesiones.
En cuanto a la interacción con los vecinos del lugar, es quizás
la pieza clave que permite abrir las primeras posibilidades de
inclusión para estos sectores de la población que se encuen-
tran marginados en tantas dimensiones. La participación en
las decisiones programáticas y de locación como así también
en el proceso de diseño, la construcción y el mantenimien-
to, va generando un compromiso inusitado con el lugar, los
otros vecinos y el barrio en sí, que de antemano le imprime un
significado único y especial a los espacios públicos resultantes.
Pero esta interacción también supone un cambio importante
en el rol del profesional: ¿Qué implica un urbanismo basado en
lo cotidiano –en las experiencias domésticas de los habitantes
de un sitio- que se va transformando en proyecto a partir de las
charlas, los recorridos y la búsqueda de un equilibrio entre los
requerimientos de los usuarios y las posibilidades de concreción
del municipio? Probablemente practicar un “urbanismo de lo
diario”, término propuesto por Margaret Crawford, profesora de
Arquitectura de la Universidad de California en Berkeley, según
la cual éste “[…] demanda un reposicionamiento radical del di-
señador, un giro del poder que pasa del profesional a la persona
común; una expandida pericia en los actos de la vida diaria que
actúa como agente nivelador, eliminando la distancia entre el
profesional y los usuarios, entre el conocimiento especializado y
la experiencia cotidiana.”
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La urgencia de la problemática
implica que no puede ser aislada
de otras inquietudes de la ciudad
contemporánea, transformándose
en un llamado a la acción para
los profesionales del diseño:
hoy en día todos sus egresados
deberían tener por lomenos un
conocimiento básico de la
problemática y sus efectos.