Previous Page  27 / 68 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 27 / 68 Next Page
Page Background

MARZO 2012

25

BRIL 3

liberal. Ni que hablar cuando las temáticas rozan la madre de

todos los males, la “política”, ensuciando la pretendida neutrali-

dad de los trazados reguladores. Tendremos entonces asegurada

la excomunión de la sociedad de los poetas muertos. Resultado

asegurado: inacción por invisibilización.

Preferiremos, siempre en tercera posición pretendidamente su-

peradora, hablar de otros modos de ejercicio, no de otro ejercicio.

Perdón por la auto-cita

1

del equipo:

“La digresión no es menor. Hablar de otro saber es cristalizar la

idea de que existe un proyecto para ricos y para los pobres debe

existir otra cosa. En otras palabras, que la Disciplina, la original

y con mayúscula, atiende y atenderá sólo los recortes de hábitat

que le son amables, dejando la carencia librada a la suerte de los

voluntarismos y las transgresiones.

En contextos donde la supuesta excepción, en nuestro caso la po-

breza, adquiere dimensión de regla o al menos de aspecto constitu-

tivo, el término genérico “proyecto” debe abrir paso a la definición

de diversas modalidades de ejercicio profesional, en consecuencia

directa de diversos modos de producción y ocupación del espacio”.

Crisis mediantes, aun para los más ingenuos, hoy es evidente

que la profesión del arquitecto-urbanista es multimodal, polisé-

mica. Un antiguo compañero de estudios, citemos sin temor a

error a Martín Freire, bromeaba al momento de recibir su título

que en cuanto tuviera su propio estudio pondría en la puerta un

anuncio que con precisión indiscutible rezaría “Arquitectos: se

hacen baños, se planifican Ciudades”. Podríamos agregar hoy,

si el cartel fuera lo suficientemente extenso, tipo los del PO: “se

ejerce la profesión en la forma clásica, se ejerce la profesión en

formas alternativas, se asesora al Estado, se colabora con ONG´s,

se enseña, se investiga, en fin… se hace todo lo necesario para

transformar positivamente el hábitat”.

Pertenezco a la primera generación de arquitectos formados

en democracia. De esos años, entre esperanzados y caóticos,

sucedidos de las más profundas crisis hasta el inicio de la década

ganada, resultamos por decantación profesionales eclécticos,

con gran capacidad de inserción en el medio, o mejor dicho en

los distintos medios coexistentes.

Los temas a veces se construyen a conciencia de búsqueda y

otras simplemente salen a nuestro encuentro.

No somos más buenos, ni mejores. No hicimos ningún voto reli-

gioso. No pertenecemos a ninguna secta. Simplemente creemos

que en algunas cuestiones pendientes de nuestro hábitat hay

una necesidad y por ende un derecho a satisfacer.

Lo que quizás resulte decisorio, es que estas cuestiones resul-

tan apasionantemente complejas, poniendo a prueba nuestras

certezas siempre provisorias, ayudándonos a reformularlas y así

mantenernos vivos.

Ejercemos, enseñamos, e investigamos. Y en el resto del tiempo

que nos queda, habitamos. En nuestro ejercicio se acumulan

monumentos construidos, premios de concursos en general no

construidos, junto a trabajos de empoderamiento barrial. Sin

contradicción alguna. Por el contrario, en sinergia potenciadora.

Recomiendo a viva voz y desde aquí la esquizofrenia. Profesio-

nalmente hablando, es de lo más sano.

Hablar de otro saber es cristalizar

la idea de que existe un proyecto

para ricos y para los pobres debe

existir otra cosa. En otras palabras,

que la Disciplina, la original y con

mayúscula, atiende y atenderá

sólo los recortes de hábitat que le

son amables, dejando la carencia

librada a la suerte de los

voluntarismos y las transgresiones.

Ni que hablar cuando las

temáticas rozan la madre de

todos los males, la “política”,

ensuciando la pretendida neutra-

lidad de los trazados reguladores.

(...) Resultado asegurado: inacción

por invisibilización.