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MAYO 2008
de la Comisión del Plan Urbano Ambiental (COPUA), organismo
que redactó el proyecto, como también vecinos particulares.
La asamblea contó sólo con la exposición de 35 oradores ya que el
tiempo no fue suficiente para la participación de la totalidad de
los inscriptos. El puntapié inicial lo dio el actual Ministro de De-
sarrollo Urbano de la Ciudad, Daniel Chaín. Una vez finalizada la
presentación del funcionario de la administración macrista, fue el
turno de la diputada Silvina Pedreira, presidenta del COPUA.
Como la discusión no pudo llegar a su fin, se trasladó lo que res-
taba de la sesión a un cuarto intermedio que se desarrollaría a la
semana siguiente.
Finalmente, la audiencia pública concluyó el jueves 3 de abril. Una
vez expresadas todas las opiniones, Pedreira anunció: “hemos
dado un paso muy importante para la sanción de la ley. El pró-
ximo paso será analizar todo lo expuesto para buscar consenso y
ver qué elementos se pueden incorporar para enriquecer lo que se
aprobó en primera lectura”. La discusión había llegado a su fin.
Pero lo que planteó entrelíneas la presidenta del COPUA es el
nuevo desafío que afrontará el PUA. La misión es buscar el con-
senso adecuado para articular las distintas voces que se escucha-
ron en la Asamblea. Pero esta no es la tarea definitiva, sino que es
la antesala de la tercera instancia que corresponde a la segunda
aprobación del proyecto de ley.
La posición del CPAU
El Consejo también quiso involucrarse en esta temática de la san-
ción del PUA, expresando la necesidad de contar con un plan para
la Ciudad. Para dar a conocer su postura, la institución siguió de
cerca las asambleas públicas.
Específicamente, el CPAU expresó su apoyo a la aprobación del
Proyecto de ley a través de un documento. Entre las ideas sobre-
salientes de la carta enviada por el Consejo, se puede destacar la
necesidad de tener una ciudad organizada en su desarrollo para
poder mirar hacia el futuro, anticipando de esta forma soluciones
a problemas venideros y teniendo como estandarte la calidad de
vida de sus habitantes.
Por esta razón, el concepto central del comunicado admite que “en
una ciudad contemporánea sin plan, no hay calidad de vida”. Como
solución indispensable, el comunicado resalta la relevancia absoluta
que poseen las audiencias públicas para encaminarse a la aproba-
ción del PUA. Además, también recuerda que la implementación de
una normativa que configure el mapa urbano de la Ciudad, no sólo
sería provechoso para los vecinos, sino también para las sucesivas
administraciones que accedan al gobierno porteño.
Después de doce años de espera, todo parece indicar que el PUA
tendrá su esperado desembarco en la Ciudad de Buenos Aires.
Finalmente la vigilia llegó a su fin, o por lo menos eso aparenta.