

ABRIL 2013
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zado al automóvil. La primacía pedestre convirtió un trazado
urbano originariamente hostil, de grandes manzanas, avenidas
peligrosas y largas distancias, en un ambiente más amigable al
caminante.
La integración de lo público y lo privado es tal, que es difícil
diferenciar un espacio de otro. En términos de derechos de
propiedad es tan complejo, que es más fácil definirlo por su uso,
en tanto sea de acceso abierto o restringido. Si se traslada la
representación del histórico mapa “Nolli” de la Roma del siglo
XVIII (blanco público sobre negro privado) en que se consideran
las iglesias y edificios cívicos como ámbitos públicos, hacia Las
Vegas haciendo lo mismo con los casinos; bajo estos paráme-
tros, el ratio de espacios accesibles sobre los no accesibles, iden-
tificarían al
Strip
como una de las zonas más “blancas” de todas
las urbes (claro que no es estrictamente público cuando “la casa
se reserva el derecho de admisión”).
Sin embargo, las distancias siguen siendo extensas como para
mover potenciales clientes de un casino a otro. Frente a la de-
bilidad del transporte público de buses, además de las limita-
ciones por la congestión de los buses gratuitos entre hoteles, la
solución para la movilidad fue recurrir, al estilo de las modernas
y sustentables ciudades, al transporte guiado como tranvías
eléctricos o monorriel.
Los hoteles se organizaron para construir y financiar un mono-
rriel que presta un servicio público pero es de operación privada,
y que en su fase inicial recorre 6.3 km uniendo 7 hoteles. A pesar
de cobrar una tarifa alta de $5 dólares por viaje, la forma de evi-
tar las pérdidas estrepitosas es por medio del sponsor privado
de compañías y hoteles. No obstante, a pesar de las pérdidas,
la vinculación entre hoteles resulta un gasto necesario, ya que
otros 3
trams
gratuitos funcionan entre distintos trayectos del
Strip
siendo al parecer la solución más efectiva para resolver la
demanda de movilidad en este sector de la ciudad.
La rendición de la ciudad dispersa
a la ciudad compacta
Para los autores, Las Vegas es un arquetipo más que un prototipo,
un ejemplo exagerado del cual derivar lecciones para entender los
desafíos del
urban sprawl
que se extendía como forma dominan-
te por todos los Estados Unidos. Sin embargo, en este luego de
tantos años la que aprende es la misma ciudad, que por su propio
desarrollo es forzada a adoptar medidas que le son esencialmente
ajenas al modelo de urbanización dispersa y adaptar su funciona-
miento a la nueva demanda urbana. Los nuevos emprendimientos,
como el desarrollo de 30 hectáreas del City Center realizado por
Pelli entre otros, marca la complejidad de los nuevos programas
de turistas que no sólo vienen a apostar sino a consumir; la ciudad
misma se vuelve soporte y contenido donde los mismos edificios
son la atracción; la necesidad de acondicionar los espacios de
circulación a la lógica peatonal y la dotación de infraestructura de
transporte masivo es resuelto vía tranvías privados.
Claramente lo que pasa en el
Strip
, no es lo que sucede en el resto
de la ciudad, que sigue expandiendo la mancha urbana con tejido
residencial individual de muy baja densidad y bajo la dependen-
cia del automóvil particular. Las Vegas metropolitana tiene que
responder a grandes desafíos si quiere calificar como ciudad
sustentable: difícilmente pueda diversificar sus base económica
extremadamente sensible a los ciclos de la economía, pero si
puede tomar medidas de racionalización del agua en el medio
del desierto, mejorar en el transporte público, y regular la oferta
de suelo para contener la expansión en un sistema fuertemente
impulsado por los desarrolladores privados.
No es que un modo de urbanización (producción) desaparece al de-
jar de ser dominante sino que las lógicas anteriores se yuxtaponen
en el mismo tejido urbano. El trazado en damero de la fundación
del
Downtown
sigue ahí, y los mismo con los grandes predios del
Strip
extendidos por la carretera. Pero ahora se le suman otros ele-
mentos que podrían identificarse con aquellos valores que refieren
a la ciudad compacta (densidad de personas, complejidad de acti-
vidades, transporte guiado y prioridad peatonal) y se subvierten el
patrón de urbanización de la que fue el ícono de la ciudad dispersa.
Venturi, Scott Brown & Izenour escribieron la provocadora frase,
que Las Vegas es al
Strip
lo que Roma a la
Piazza
. En su condición
actual, Las Vegas es el
Strip
más la
Piazza
.
Lo que pasa en Las Vegas
no queda en Las Vegas
Las Vegas en su desarrollo se fue distanciando de otras ciudades
al punto de convertirse en un caso único y excepcional en Estados
Unidos, no tanto por el tipo de actividad sino por la magnitud. Lo
que interesa marcar de este caso es que ciertas dinámicas econó-
micas fortalecen la concentración de actividad asociadas, y que en
el caso del turismo además atraen miles de visitantes, aumentan-
do la densidad de personas al punto de poner en conflicto (contra-
dicción) la forma en que se organiza y prioriza el espacio.
A pesar del legado de los autores del libro, esta ciudad ya no puede
seguir enseñando a urbanizar Norteamérica. No obstante, este oa-
sis artificial del capitalismo inmobiliario en el medio del desierto
parece ser referente de las nuevas urbanizaciones de Asia y Orien-
te medio. La zona de “entretenimiento e intercambio”Marina Bay
en Singapur, parece reconocer las lecciones de Las Vegas desarro-
llando un sistema de transporte urbano conectado principalmente
por modos guiados y vinculaciones peatonales que comunican
todos los emprendimientos. Por otro lado, el proyecto de Bawadi
en Dubai, proyecta construir 31 hoteles temáticos en 10 km de ex-
tensión. Llamado publicitariamente “
Las Vegas on steroids
”, parece
exacerbar lo peor de este modelo de ciudad.
Sería de esperar que estas desquiciadas mega-propuestas ade-
más de copiar el modelo de especulación financiera, por lo me-
nos consideren estas lecciones urbanas que el desarrollo actual
de La Vegas tiene para ofrecer. Quizá es momento de reescribir
una reversión del libro para evitar que las nuevas urbanizacio-
nes de lujo se conviertan en la farsa y la tragedia de las ciudades
del mañana.