

ABRIL 2013
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Living Las Vegas loca
Lo que destacan Venturi y sus socios en los ´70, es el surgimiento
de una arquitectura donde la comunicación es la que domina
el espacio como un elemento en un nuevo paisaje de grandes
espacios, altas velocidades y programas complejos. La tipología
predominante del
Strip
(que puede ser horrorosamente traducido
como corredor comercial) era la de un edificio básico y chato reti-
rado de la carretera, antecedido por un gran estacionamiento (no
solo por conveniencia sino también como símbolo de prestigio),
con un gran extravagante cartel de neón, que actúa como conec-
tor entre el conductor y el negocio. En este contexto donde prima
la comunicación, las relaciones espaciales están dominadas más
por el símbolo que por la forma, al punto que el edificio mismo se
vuelve signo (el famoso ejemplo del edificio-pato, da lugar a casos
más recientes como el edificio piramidal del Luxor hotel).
Densidad y Contradicción
El estudio realizado por Venturi y sus estudiantes de Yale utiliza
una comparación de dos escalas de movimiento, entre la calle
principal y el
Strip
, para remarcar su argumento sobre las caracte-
rísticas de este nuevo tipo de ciudad definido como
urban sprawl
(en este caso podemos traducir como el proceso de extensión
de la mancha urbana con un patrón disperso que conforma la
tipología del suburbio típicamente norteamericano). El primero
es la calle principal del centro histórico, vinculada a la estación
de tren, y luego a la de buses, donde se concentran uno tras otro
todos los casinos y negocios con sus puertas a la calle. Esta calle
principal,
Fremont St
., se desenvuelve a la escala y velocidad de
los transeúntes caminando de un lado a otro; luego en los ´90
fue techada con luces y convertida en peatonal fortaleciendo
este tipo conexión. Como contraparte, el
Strip
, producto de una
segunda ola de desarrollo de Casinos toma impulso en los ´40,
localizándose sobre la Ruta 91 hacia el sur en relación al aeropuer-
to, que luego se convirtió en el
Las Vegas Boulevard South
. En este
segundo caso, el automóvil, sostenido a su vez por la industria
del alquiler (
rent-a-car
), es el que domina la escala y velocidad de
las interacciones con el paisaje. Esta
promenade
vehicular es el
eje estructurador del sistema que conecta a los grandes lotes y
otorga un marco común para la competencia y diferenciación de
cada emprendimiento individual respecto al resto.
Desde la realización de esa investigación hasta la fecha, la lógica
de desarrollo de grandes hoteles, cada cual más grande y extrava-
gante que el anterior, se mantuvo con sus altos y bajos al punto
de completar todos los lotes vacantes que estaban disponibles
sobre el
Strip
. Este desarrollo condujo a la concentración de mega-
resorts al punto de aumentar la densidad de habitaciones a un
punto impensado. Actualmente, 15 de los 25 hoteles más grandes
del mundo están localizados sobre el
Strip
, y en conjunto la dispo-
nibilidad de más de 60,000 cuartos hace que en menos de 7 km
de extensión, haya más oferta hotelera que en toda Nueva York o
Los Ángeles. Este crecimiento no fue solo de la cantidad de cuar-
tos, sino que en los últimos 15 años antes de la crisis de 2008, Las
Vegas duplicó su población, y tuvo la tasa de creación de trabajos
y de construcción de viviendas más alta de Estados Unidos (así
también la que más sufrió con el crack de la economía).
El resultado de este proceso de crecimiento descomunal, que pode-
mos ubicar a partir de los ´90, abre un tercer momento en el desa-
rrollo de Las Vegas, donde la concentración, densidad y continuidad
ponen en contradicción el modelo de predominancia del automóvil
y su lógica de velocidad, carteles y estacionamientos, para dar lugar
nuevamente al peatón, su modo de desplazamiento y consumo.
La ciudad se repite primero como tragedia
y después como farsa
En la “Capital del Entretenimiento”, el motor del turismo estuvo
puesto en el juego, en la oferta sexual, en los shows. Hoy son los
propios hoteles los que se constituyen en la atracción principal.
A partir de los ´90, toman la escena los mega-hoteles temáticos,
como el Luxor que evoca al antiguo Egipto, el Treasure Island de
los piratas del Caribe, el Excalibur con sus cruzadas medievales, y
el más viejo Circus Circus con su espíritu circense. Sin embrago,
llaman en particular la atención los emprendimientos varios que
refieren explícitamente a ciudades consideradas tradicionales
mecas del turismo: El hotel Venetian, el hotel Paris y el hotel New
York-New York (además de las propuestas sobre Londres y San
Francisco que no se concretaron). La imitación de su iconografía,
más que el uso de la parodia, marcan la valorización positiva que
tienen estas ciudades. Alguna reflexión más profunda puede ha-
cerse sobre el uso de la réplica, como por ejemplo la copia mitad
de su escala original de la Estatua de la Libertad, de la torre Eiffel
o de la Torre de San Marco. Pero queda claro que estas ciudades
tradicionales, no solo atraen millones de visitantes, sino que su
encanto y prestigio son trasferibles a sus imitaciones como efica-
ces atractores de turistas.
Más allá de la referencia a la ciudad
per se
, lo que ha revolucio-
nado el diseño de los hoteles es la generación de ‘situaciones
urbanas’ que atraigan a los miles de peatones que pasan frente
a sus puertas. Esta situación conlleva un cambio respecto a la
descripción tipológica los hoteles que exponía Venturi, donde el
estacionamiento ahora es relegado al fondo del predio, y el cartel
ya no es suficiente para comunicar, siendo la arquitectura del
edificio y su llamativa fachada la que despliegan todo su encanto
de sirenas para atraer las miradas. Un caso particular es el lujoso
Hotel Bellagio, que destina la mayor parte del predio a una
laguna artificial con un juego de aguas y sonido, que genera una
atracción pública y gratuita para ser admirado de parado (no en
movimiento) desde la vereda.
Ya en su libro, los autores, habían referido a la experiencia
peatonal que se vive al interior de los espacios de compras como
los shopping center que comparaban con un
bazaar
de medio
oriente o con una ciudad del medieval. Lo que es llamativo de
estos nuevos espacios de compras es la imitación de la ciudad
europea al interior de los shopping. Las calles curvas de empe-
drados y fuentes en las intersecciones, con los comercios bajo