

MARZO 2012
13
Desarrollo inmobiliario
34 años
Rodrigo F. Prieto
Rodrigo Fernández Prieto es DIrector Ejecutivo de Fernández Prieto
y Asociados
urante mi época de estudiante en la Universidad de Buenos
Aires reflexionaba acerca de la
funcionalidad de los proyec-
tos
que diseñaba entrega tras entrega y en cuál sería el resultado
final en caso de ser construidos.
Fue así que, basándome en la emblemática frase de Albert Eins-
tein que
“La imaginación es más importante que el conocimiento”
,
nacieron los primeros proyectos inmobiliarios en los que participé
en el estudio y que posteriormente fueron materializados con
gran éxito en el mercado.
Cuando en una persona conviven el arquitecto con el empresario,
llamémoslo desarrollador urbano en este caso, las primeras pre-
guntas que surgen son dos: ¿qué producto necesita el mercado?
y luego ¿Cuáles son los lineamientos arquitectónicos que van a
regir la forma de vida de los usuarios?
Esta situación me llevó a entender un aspecto fundamental de
la actividad:
pensar siempre de acuerdo al
target
al que va estar
dirigido el emprendimiento
y así poder definir, primero, qué tipo
de proyecto se puede elaborar, y segundo cuáles son los límites
económicos con los que se cuenta a la hora de llevar adelante
su construcción.
Es así como constantemente nos enfrentamos al desafío de convi-
vir con las siguientes tres variables:
creatividad, recursos econó-
micos y público
al que está dirigida la obra, ya que si bien hoy día,
en una primera instancia, el inversor toma mayor protagonismo,
un edificio se ve materializado y vendido en su totalidad cuando
los que habitan en ellos son los usuarios finales.
En base a este pensamiento, una de las ideas que siempre prego-
no en mi equipo de arquitectos es que a medida que se va plas-
mando un proyecto nos imaginemos cómo los compradores van a
vivir en nuestros emprendimientos, cuál será su recorrido dentro
de la obra, qué necesidades / facilidades van a querer satisfacer y,
sobre todas las cosas, que se sientan cómodos y confortados en el
lugar que eligieron para vivir y concretar sus sueños.
Es muy importante entender que para los arquitectos no existen
los edificios lindos o feos, cada uno de ellos en determinadas
circunstancias pueden ser acoplados perfectamente a la realidad
en la que están insertos: nadie es dueño del gusto. Pero lo que
sí es cierto es que para que un edificio sea exitoso, debe partir
de un concepto innovador y único, tal como es caso de Zencity,
MAUI y Palacio Raggio: cada uno tiene una idea y un target al que
está dirigido y eso hace que comercialmente la ecuación cierre
correctamente.
Nunca debemos olvidarnos que nuestras obras marcan un
paisaje urbano que perdurará en los años y que se transformarán
en un icono de una determinada zona y que pasará a ser parte de
una comodidad.
Como conclusión, es muy importante saber que un arquitecto
debe entender e interpretar cómo desean vivir los usuarios, y así
lograr plasmar estas necesidades en un proyecto innovador pero
funcional, con lineamientos de arquitectura acorde a la época en
que lo construyamos, pero sin olvidarnos que nuestra obras de
arte levantadas con ladrillos no son cuadros ni esculturas para ser
observados, sino espacios reales con voluntad de hacer mejor la
vida de las personas que las utilicen.
D
Acceso Zen City (render)