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actualizados permanentemente. Luego le siguió –de los ’90 en adelante- un tiempo de estabilidad en el mercado. Ahora, debemos empezar de nuevo a modificarlas con cierta frecuencia.”

“Al hacer el cálculo, hay que tener en cuenta que alguno de los profesionales puede estar trabajando con una dedicación part-time: es decir que en vez de 176 horas mensuales, un Jefe de Area puede dedicar 88 horas a un proyecto y 88 a otro. También puede ocurrir que alguno de esos cargos los desempeñe alguno de los socios del estudio: pues en ese caso deberá incluirse en el costo con la tarifa correspondiente al rol que desempeñe. En otras palabras, en el organigrama de trabajo cada rol debe estar cubierto, y su costo debidamente calculado, aunque sea por los propios titulares del estudio.” “Como primer subtotal, entonces, el cálculo contiene el costo total de la Mano de Obra Operativa.”

“Pero aparte de las horas profesionales, hay otros cos-tos que inciden en el cálculo: me refiero a lo que llama-mos gastos generales del estudio. Los gastos generales pueden ser directos o indirectos. Los gastos generales indirectos no se pueden repartir por obras, pero debe-rán estar necesariamente prorrateados entre todas las obras. Es decir, no se puede saber cuánto se gasta de luz o teléfono en cada proyecto. Pero sí pueden cono-cerse los gastos totales de luz o teléfono: será cuestión, pues, de saber distribuirlos. ¿Y cuál es la mejor forma de hacerlo? Utilizando un factor que multiplica el costo de la Mano de Obra Operativa. Este factor se conoce como “mark-up” u “overhead”. Es un número muy cambiantes, cuyo valor depende de cuántas variables corresponda en cada caso hacer intervenir.” “En el establecimiento del “mark-up” deben inter-venir, gastos generales tales como –además de los antedichos, personal administrativo y contable, alquiler de oficina, servicios de las mismas, útiles de trabajo, copias internas, software, computadoras, impresoras, mantenimiento, amortización de equipos y mobiliario, conservar una biblioteca actualizada, gasto empleados en la reorganización de tareas en el estudio, creación de estándares y normas de trabajo técnico, de procedimientos, de detalles, etc., capacita-ción del personal, y varios etcéteras.”

“También puede intervenir el tiempo –medido en horas- que se invierte en conseguir obras. Este, evidentemente es un gasto también. Por ejemplo, en la mayoría de los casos se generan gastos en tratar de captar un cliente. Si falla, cabe preguntarse a qué obra se le imputarán esos gastos. Será, obviamente, a las obras que sí se consigan. En el estudio solemos establecer una cierta cantidad de horas dedicadas

a la promoción de nuestros servicios y esto forma parte de nuestro “mark-up”. Pero el sistema no es tan perfecto. Porque en épocas de poco trabajo, hay que dedicar más tiempo a captar clientes. Y si a la primera obra se le quiere incluir un “mark-up” que cubra todos los gastos de promoción, seguramente los honorarios presupuestados serán altísimos. Es decir, para cobrar los gastos de promoción hay que mantener una cierta proporcionalidad.” “Otros gastos que, calculados proporcionalmente, formarán parte de este factor son todos los impues-tos que debemos pagar, el contador, que no trabaja en el estudio, al asesor jurídico y demás auxiliares generales de la tarea profesional del arquitecto; ade-más, los gastos generales directos tales como copias, encarpetados, viáticos, envíos, etc.”

“Este factor de multiplicación o “mark-up” se aplica al primer subtotal, es decir al costo de la Mano de Obra Operativa. Suele oscilar entre 1,80 y 2,20, factor que refleja los gastos anuales según el Plan de Cuentas del estudio.”

“Pero en épocas difíciles como ésta, para poder bajar el “mark-up” ciertos gastos se limitan: por ejemplo no se renueva tan rápidamente la biblioteca, la amor-tización de equipos la prolongamos en el tiempo, se gasta menos tiempo en capacitación y organización de estándares de eficiencia, todo lo cual puede redundar negativamente en la calidad de nuestros servicios pro-fesionales. Es un círculo vicioso de difícil solución.” “En síntesis y hasta aquí: se hace primero un organi-grama, con los roles según categorías. Luego una plani-lla de tiempos de dedicación, con las correspondientes tarifas por categorías, que arroja el costo de la Mano de Obra Operativa: ella, multiplicada por el “mark-up”, da el costo de producción. Pero hay más incidencias.”

“Muchas veces en el cálculo de los honorarios hay subcontratos: el calculista estructural, los asesores de electricidad, suelos, aire acondicionado, las gestiones de tramitación municipal, etc. Todos ellos ingresan en el cálculo del honorario con su costo, sobre los cuales no deberá haber costos adicionales por cuanto lo que se emplea en coordinar y dirigir a los asesores ya debe estar calculado en el organigrama general.” “También puede aparecer el costo de una maqueta o una perspectiva, cuando ello es un servicio externo.” “Y recién aquí aparecerá el gasto total. La pregunta es ¿se puede bajar este costo si es necesario reducir el honorario para no perder una encomienda? En ciertos casos, sí: por ejemplo, no considerar en el “mark-up” los gastos de promoción, reorganización, alguna amortización, etc. Pero hay que asumir que